lunes, 21 de septiembre de 2009

TEXTOS

(Melilla, 2005)



AUTOBIOGRAFÍA DE UN NIÑO DE DOS AÑOS
Vivía desde siempre dentro de un libro que se escribía siguiendo los latidos de la autora, aunque yo no sabía leer mi corazón, que era réplica exacta, me hizo salir para aprender a ser valiente. Hacia los dos meses y medio empecé a escuchar, a los seis meses quería saltar pero aprendí a caminar al año y pico. A veces me acuerdo cuánto me costó caminar lejos y por qué me cuesta tanto caminar buscando aquello que tuve que dejar. De lo mucho que se ampliaron madre y padre a los dos años descansé en una cama en el fondo de la mar. La luz ampliada y el agua tibia.



EDIPO EL ASESINO
Escribo lo que hubiera dicho, lo que hubiera hecho o lo que hubiera deseado que fuera la realidad para poder haber hablado y para poder haberlo hecho. Ayer hacia que hablaba, hoy hablo de lo que hago, mañana haré hablando,...

La culpa me perseguía, me adelantó y por eso acabé yo persiguiéndola con tanto y tanto crimen. Quisiera perdonar a los que me ofendieron pero sólo puedo hacer lo contrario...fui yo el que se ofendió y por eso atento contra el rey siempre que quiera.



DIARIO ÍNTIMO DESDEL SUR.
Me desespera tu ombligo si no fuera por la adivinanza popular en trance con mi poca paciencia en estados alterados de supervivencia, me iría de excursión pero no puedo, enjambres sofisticados de abejas sortean mi azar cabezaabajo y me impiden salirme del substantivo adjetivado por lo que confieso que cualquiera que vea o vea las palabras podría lucirse aquí y ahora por un puñado de estrellas. Uno más uno no somos todos, pero todos somos un enjambre lúcido a la orilla de las palmeras; de tanto que me creció el cabello se me aflojó la cabeza, cientos y cientos de trinos bordeaban una ladera verde con trigo y flores desde el azul radiante que es más radiante aquí y ahora, para lo que pueda llegar a ser.

Fíjate que el hombre-meta somatiza cualquier pulsión clandestina. Seguro que ahora te ronda la siguiente preocupación: tengo la incertidumbre de pasar a formar parte de una generación en la que todos sus miembros vertebrados son tan diferentes entre sí como los cuatro elementos. La repetición siempre atenta contra el futuro. Nunca digo gracias.

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